Integración Fronteriza (I)

Arica, Tacna, La Paz , tres ciudades que trabajan y convergen en un punto para su desarrollo: “Integración”.

Arica. Una ciudad que por diversas situaciones, tanto políticas del gobierno central como de gestión administrativa local (ya sea autoridades, empresariales o particulares), no supo prever y adelantarse a las circunstancias para haber tomado medidas frente a su decadencia.

A pesar de que hay muchos que se han esforzado realizando diferentes articulaciones, hay un hecho que muestra nuestra realidad: la cesantía hoy es superior al 14%, y no se ve manera de revertirla. Nuevamente la población se ilusiona con que la creación de la región Arica-Parinacota, será la solución, pero incluso los que promueven dicha iniciativa han reconocido que no es la solución para esta zona extrema, si una herramienta de gestión.

Tacna. Una ciudad que ha sabido generar su oferta -con la identidad que la caracteriza- para proyectarse turísticamente principalmente a los chilenos y específicamente a los ariqueños.

Estar en Tacna es estar en una ciudad pujante, llena de vida, en donde la amabilidad y la cortesía del peruano se hacen notar. Así se explica que miles de chilenos crucen diariamente la frontera y que incluso el control fronterizo esté colapsado. De más esta decir que hay ariqueños que diariamente viajan a dicha ciudad por trabajo, por estudios y por compras que van desde medicamentos a comestibles.

La cámara de comercio ariqueña, preocupada, evidencia su malestar porque los ariqueños prefieren comprar en dicha ciudad, en vez de mejorar o buscar las fórmulas para competir con sus vecinos, que cada día se reinventan para seducir a los visitantes.

Diferentes instancias chilenas y peruanas han contribuido a esta integración tanto turistica, comercial, educacional, social y personal, por la que cada día estamos más unidos chilenos y peruanos en una relación fraterna y humana.

La Paz. Una ciudad hoy tan cerca, con un gran encanto en su población y entorno. Estando ahí, no dan ganas de retornar, gran cantidad de chilenos trabaja, vive y convive en medio de una relación cordial y fraterna, a pesar de que el tema de la salida al mar está presente en forma permanente. Y no es para menos porque la sensación de enclaustramiento se vive, se siente en su población y en su desarrollo.

Evo Morales en su mensaje de asunción al poder gritó y pidió ayuda al mundo para sacar a Bolivia de la pobreza. Luego fue ovacionado por el pueblo de Santiago, que a todo pulmón gritaba “Mar para Bolivia”. Evo regresó a su patria feliz y contento con la ilusión de que Chile le dará una solución a su problema. A nivel de gobierno se le han dado muchos indicios de que será así, pero hay quienes en sus declaraciones van contra lo manifestado, generando la incertidumbre entre los que fueron ilusionados en que el país altiplánico pueda salir de su mediterraneidad.

En Arica (una ciudad que debería y debe estar completamente integrada con sus vecinos), en forma incomprensible, se hace una encuesta, preguntando a la población si está de acuerdo en darle salida al mar a Bolivia.

El problema es que el tema no ha estado en discusión y, por tanto, se trata de meras especulaciones. Además en dicha encuesta se induce a las personas al votar y de hecho hay testimonios de gente que ha manifestado su malestar por el procedimiento empleado.

No desconocemos la importancia de las encuestas, eso es Democracia, pero se piensa que no es la forma y el momento, el tema debe conversarse en forma serena y responsable, con información fidedigna. A nada bueno llevan las especulaciones.

Sabemos que el gobierno está conciente que a la problemática hay que darle una solución, no podemos minimizar y seguir arrastrando un tema por años y menos jugar con los sentimientos del pueblo hermano de Bolivia.

La consulta que se está realizando generará graves consecuencias en las relaciones entre vecinos, considerando que diferentes instancias trabajan en forma permanente por la integración. Esto provocará un retroceso y desmejorará las relaciones humanas que tanto ha costado fortalecer entre pueblos hermanos, que tienen un pasado que los une y un futuro que debemos ser capaces de afrontar unidos. Por ende, es prioritario dejar esta famosa encuesta de lado y hacer un llamado a redoblar esfuerzos para lograr una verdadera integración con Bolivia con visión de futuro.

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