viernes, julio 13, 2007

¡¡¡Secuestro al atardecer!!!


Mientras reparo un Note Book, siento en la entrada un movimiento extraño. Salgo y miro. No hay nada. Absolutamente nada. Mi amigo con él cual nos unen lazos muy fuertes, no está. A las 18.00 horas lo dejé ahí y ahora que son las 19.30 no está. Se ha ido quizás para no regresar, pero por qué se fue, si es mi amigo del alma, de tantas jornadas de trabajo, de viajes insólitos. Tacna, Arequipa, Chiloé supieron de él. Con sus extremidades recorrió lugares dignos de destacar. Pero, hoy se ha marchado. Pienso y medito, por qué, dónde esta la explicación, voluntariamente no se fue, pero qué pasá, dónde está. El vecindario se entera, se escuchan nombres, él fue, si él andaba por estos lados, todos son coincidentes.
Aquella mujer de canas y años idos, con glorias y penas, que no hace mucho perdió a su ser más querido, siente mi perdida como suya. Mi dolor es su dolor, corre por todos lados, grita a los amigos y vecinos, el amigo de Don Julio desapareció, quien sabe o sepa algo que lo diga, y él que sabe algo, que tras el anonimato diga donde está.
Declaro, juro y firmo que ahí estaba, ahí lo dejé la última vez, vestía de blanco y reluciente, el lugar ahora está solitario, la calle, la avenida está triste, los locales han cerrado en señal de pena y dolor, uno de los suyos ya no está, mi amigo se esfumó y las inclemencias del tiempo se desatan, el frío impregna los huesos y mi amigo frío tendrá.
De regreso termino de trabajar en el Note Book, quiero entregarlo, no vaya a ser que regresen por otras cosas, a más de mi amigo que está en poder de ellos, pienso que una frazada debería tener, mi amigo podría necesitarla.
Pienso y medito, quizás mi amigo está colaborando con alguien necesitado, con una buena causa, puesto que siempre cumple con sus compromisos y luego regresará, quizás los malandrines que me conocen tengan piedad de mi y me entreguen sano y salvo a mi amigo, con quien trabajo desde hace muchos años, desde sus mejores tiempos y ahora viejo pero digno desaparece, pero estoy cierto que no fue voluntario, él es mi amigo y no se entrega a cualquiera, menos a un desconocido, pues tiene sus principios.
Pasan las horas. Alguien se llevó a mi amigo para solucionar algún problema, de emergencia quizás, mi amigo llevó un enfermo al hospital, porque siempre ha sido muy solidario, siempre colaborando con el necesitado, sin pedir nada a cambio.
Pienso, estará secuestrado, lo van a violar, si es así, no soltaré el celular de mi mano, espero una llamada pidiendo el rescate por mi amigo, pasan los minutos, las horas nada, ninguna llamada. Mi amigo debe estar sufriendo y nada puedo hacer por él. No sé donde puede estar, recorro junto a mis hijos la ciudad, los tres en silencio miramos las calles que en penumbras están, encontramos a muchos que se le parecen, todos visten de blanco como mi amigo, pero al acercarnos nos decimos en silencio, no es. Sigamos, las calles de la ciudad son nuestras, pero la noche avanza y mi amigo secuestrado y sufriendo debe estar y yo nada puedo hacer.
He pasado la noche en vela pensando en mi amigo, que estará pasando con él, debe estar sufriendo, nunca se ha quedado solo, ni con otros y hoy no se sabe dónde y en qué condiciones está, pensando que hace frío y la helada tapiza lo impensable...
Son más de las 9.00 a.m. Los amigos de verde me visitan, hay una buena y una mala noticia. Su amigo está vivo en Imperial, pero cómo en Imperial, si eso queda en el sur de Chile. Me aclaran, en la calle Imperial, pero la noche fue larga para él, fue saqueado, desmantelado, violado en su ser más intimo, resistencia puso, ahí están las muestras, pero ellos con violencia se impusieron, nada entregó voluntariamente, todo se lo arrancaron a la fuerza.
Nuevamente juro y firmo que mi amigo vestía de blanco, responsable, comprometido con su accionar, que nada le faltaba, su corazón estaba fuerte, sus extremidades resplandecían como un todo terreno, que su energía era radiante y potente, que contaba con todo lo necesario para portar en su cuerpo un sello, que lo acreditaba, que estaba en buenas condiciones de salud y que podía hacer uso de las avenidas y calles de nuestra ciudad.
Lo miro y observo, es mi amigo fiel y sufro con él, sus decoraciones internas no las tiene, les fueron arrancadas de cuajo, pero hoy nuevamente está conmigo y lo someteremos a un diagnóstico para ver si lo recuperamos o sencillamente le aplicamos la eutanasia, pero reacciono, cómo puedo pensar eso, si es mi amigo. Bien... pensaré en darle vida y en la Fiscalia diré que era el mejor amigo que he tenido, hoy está en coma y por mi mente pasan esos vecinos que solidarizaron con el secuestrado del atardecer.
...

miércoles, julio 04, 2007

¡¡¡y el Abuelo un día!!!


Porteño fallece a los 105 años

El Mercurio de Valparaíso
30 de junio de 2007.
Enrique Brondi Jorquera.

Cuando sólo le faltaban pocos días para celebrar 106 años de vida, ayer falleció Enrique Brondi Jorquera, ex funcionario de la Empresa de Ferrocarriles del Estado y vecino del cerro Barón de Valparaíso.

Su salud empeoró durante el jueves, por lo que fue trasladado al hospital Carlos Van Buren, donde murió en la tarde de ayer.

Brondi habría cumplido 106 años el próximo 15 de julio. Sus funerales se realizarán mañana en el cementerio número 3 de Playa Ancha, luego de una misa que se ofrecerá a las 10:00 horas en la iglesia San Francisco del Cerro Barón.
***

Recordemos hace un año...
El Mercurio de Valparaíso
17 de julio de 2006.

Al verlo brindar con la copa en alto cuesta creer que el motivo sea la celebración de su cumpleaños número 105.

Lo mismo pasa cuando recuerda con precisión las fechas importantes de su vida, recorriendo más de un siglo ligado en gran parte a la Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE) y al cerro Barón de Valparaíso.

Pero Enrique Brondi Jonquera efectivamente nació en 1901, el día 15 de julio. Y su RUT, que no llega a 22 mil, muestra que en su edad no hay error de cálculo.

"sufrir nomás"

Otra cifra reveladora son los más de 30 años que lleva formando parte de Asociación de Jubilados de Ferrocarriles y Montepiadas, cuyos miembros festejaron el cumpleaños tal como merece "un patriarca".

Así lo calificó el presidente de la institución, Jorge Olguín, quien destacó durante el brindis estar presenciando "un hecho histórico".

Brondi sonreía, seguramente recordando, como suele hacerlo, que en realidad el último siglo de vida no ha sido para nada fácil: "De que murió mi papá... sufrir nomás; yo tenía nueve años, el año del Centenario. Me acuerdo como si fuera ahora. Era hijo único y sufrimos mucho con mi mamá".

VERDURAS POR CEDAZO

A la muerte de su padre se sumaron luego la de su madre, su mujer y uno de sus hijos. Además de otras adversidades provocadas por las crisis que atravesó el país.

Aun así, llegó a los 105 años en un estado envidiable incluso para quienes tienen varias décadas menos.

¿La fórmula? "No soy vicioso ni fumador", responde. De hecho, su historial médico da cuenta de diabetes, algunas operaciones menores y ciertas dolencias ya superadas con la sabiduría que ahora comparte:

"Sufría del estómago, pero ahora no sufro de nada. Después de tantos doctores una persona me dio un remedio, comer verduras pasadas por cedazo. Y me recuperé, hasta el día de hoy".

Los viejos buenos tiempos

Con esa receta mantiene el bienestar necesario no sólo para celebrar. También conserva la habilidad de relatar con exactitud cómo eran los tiempos en que se integró a EFE, apenas con 14 años y algo de experiencia laboral en una lamparería.

"Había mucho movimiento cuando era chiquillo", cuenta sobre esa época lejana en que llegaban "los huasos santiaguinos" a un Puerto mucho más limpio y con habitantes más caritativos.

Después trabajó en talleres y como chofer; jubiló en la institución estatal y luego, por 12 años, fue dirigente de la Asociación que organizó este homenaje con motivo de su cumpleaños.
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B I E N V E N I D O S

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