José Saramago, trasciende.

Hoy el mundo de las letras está de duelo, José Saramago, escritor portugués, premio nobel de literatura 1998, recorre desde el 18 de junio lugares desconocidos para todos nosotros.

Un hombre que vivió 87 años, del que se dice, escribió tarde, pero intenso en el ocaso de su vida, sus libros llenos de simbolismo y de gran riqueza en vocabulario y contenidos, nos lleva adentrarnos en la historia del hombre, un ser social y religioso por excelencia, lleno de temores y de incertidumbres con respecto al presente y futuro.

Sus novelas en donde toma un tema, sea religioso, científico, humano, generando una historia en que la ficción toma vida y se confunde con la realidad.

José Saramago, se adelanto a su época con sus novelas, su contenido rico en lenguaje simbólico, en que da un enfoque distinto al pasado histórico y futuro del hombre, con respecto a diversos acontecimientos que atormentan o inquietan al hombre.

Sin lugar a equivocarnos, sus novelas deberían estar consideradas como textos de estudio para los estudiantes de enseñanza media, porque la pluma, la manera de escribir de José Saramago, es llevarnos mediante sus escritos al pasado y conocer hechos complejos relativos al hombre, igual cosa se proyecto al futuro con sus escritos sobre acontecimientos que podrían ocurrir.

Sus escritos, su lectura motivadora, estimulante que nos lleva a reflexionar con respecto al pasado, presente y futuro del hombre y de la sociedad.

José Saramago, comenzó a escribir en forma tardía, pero eso no impidió vivir intensamente su vida adulta y llegar a brillar en la literatura universal, como no destacar sus obras “El Evangelio según Jesucristo”, “Ensayo sobre la Ceguera”, “Las Intermitencias de la Muerte”, entre tantas otras.

Terminamos con algo brillante, en el libro "Caín", después que Dios les metió la lengua garganta adentro a sus progenitores, el señor satisfecho consigo mismo de quien todo lo resuelve, los deja para solucionar otros problemas y Adán dice a Eva “Vámonos a la cama”.